El objetivo
de este blog siempre ha sido que las imágenes hablen por si mismas, contar lo
que quiero decir a través de ellas. Sin embargo, ha habido un hecho que ha
llamado mi atención más allá de su aparente inocuidad y que me ofrece una
alternativa ejemplarizante para “textualizar” algunas imágenes. Este hecho
puede parecer una anécdota, incluso una bufonada con aires de crónica social,
pero nuestros amigos italianos nos han vuelto a dar una verdadera lección del
absurdo vital de nuestros días. Y no me refiero a la enésima polémica judicial
del aspirante a caballero Berlusconi,
eso es alta política y su estudio y posible repercusión quedan fuera de mis
capacidades de comprensión.
No, a lo
que me refiero es al juicio que se está llevando a cabo en Italia para
dilucidar y, en su caso, castigar a los culpables de la tragedia del crucero
Costa Concordia ¿Recuerdan? Ese crucero capitaneado por un aspirante a galán que
se acercó demasiado a la costa mientras flirteaba con una aspirante a personaje
sin más. Ya se han producido las primeras condenas y, tras las vacaciones (lo
que sería el televisivo “volvemos después de la publicidad”), sólo queda por
conocer el “paquete” que le va a caer al otrora lustroso capitano
(lamentablemente ninguna condena podrá reparar las vidas ya perdidas).
El caso es
que, no se si han reparado en ello ya que los medios de comunicación que cubren
el evento apenas lo han mencionado de pasada, los italianos han reemplazado el
juzgado por…un teatro! : El Teatro Moderno de Grosseto.
Allí donde
habitualmente se representan las grandes obras de l+s mejores dramaturg+s;
allí, se celebra la ilusión de aquello que nombramos como “la justicia” y que,
en su versión contemporánea, queda reelaborada en un complejo sistema judicial
y legal, lleno de recovecos, pasadizos y “agujeros negros”, que se nutre de
nuestr+s más ilustres individuos para asegurarse que funcione de manera
adecuada y sirva a los intereses de la sociedad ;)
Lo
importante en este caso, es que asistimos a un evento teatralizado, en el que
tod+s conocemos la introducción, el desarrollo y el desenlace (es verdad que el
juez, como personaje principal, a veces puede retocar ligeramente la trama
sobre la marcha) y en el que, como buena obra de teatro, hay un guión, un magnífico
guión que todos los personajes, incluido en este caso el público (¡qué sería
del teatro sin espectador+s!), siguen e interpretan a la perfección, ya que de
ello depende el éxito de la función.
Y es esa
realidad teatralizada lo que verdaderamente me preocupa. No sólo que la vida
sea, como alguien dijo, puro teatro; sino ¿quién está detrás del escenario
principal escribiendo los guiones de nuestra realidad? y, sobretodo ¿cómo es
posible que hayamos aceptado sin más el personaje que nos ha tocado en suerte interpretar?
Si les
parece éste un artículo exagerado o novelesco, les reto a un pequeño juego:
acudan a los medios de comunicación, el que prefieran, y cojan cualquier
noticia sobre política o economía, cualquiera que trate de estos grandes
asuntos sobre los que pivota la realidad* de hoy en día (por ejemplo, la pasada
comparecencia de Mariano Rajoy en el congreso, el caso Bárcenas, los EREs de
Andalucía…).
Una vez
enfrentad+s a la noticia, hagan un pequeño ejercicio de disección: aíslen el
escenario; después, a los personajes principales; hagan un pequeño resumen de
la trama y, siguiendo una lógica dramática, traten de dilucidar cual puede ser
el final de la obra. Ya verán como aciertan la inmensa mayoría de las veces;
porque, además, los guionistas del teatro de la realidad no suelen tener una
gran imaginación y nos ponen las cosas bastante fáciles.
Cuando
hayan repetido el ejercicio varias veces, quizás les entren las dudas con
respecto a las entradas que nos han vendido para disfrutar de la realidad; o
quizás, duden sobre el papel que les han asignado; incluso, es posible que se
nieguen a pagar la entrada para ver semejante espectáculo o que decidan
abandonar la obra abochornad+s; aún más, quizás y solo quizás, podría darse el
caso de personas que se levantaran de entre el público y, entre pitos y
abucheos, expulsaran a l+s actores y actrices fuera del escenario a tomatazos.
Quién sabe. Igual hay que esperar a que los italianos nos vuelvan a deleitar.
* ya
sabemos que no existe una única realidad y que hay tantas realidades como
individuos habitan nuestro populoso mundo; pero, sí es verdad que hay una
realidad “generalizada” que nos ofrecen los medios de comunicación y a través
de la cual podemos hacernos una ligera idea de las bambalinas de esa realidad
teatralizada.
The purpose of this blog (if any) has always been to
let the images to speak for themselves and me to speak through them. However,
there’s been an event that has called my attention beyond its seemingly harmlessness
and it also could be use as an example to “text” some images from this blog. This event could be seen as a simple anecdote, even as
an innocent joke to form part of a society column, but our Italian friends has given
us once more a true lesson of the vital absurd of our times. And I don’t refer
to the last juridical controversy of the “want to be gentlemen” Silvio
Berlusconi; that’s high politics and its study and possible repercussions stay
out my capacity of understanding.
What I do refer to is the trial that it’s taken place
in Italy
to clarify and punish the persons to blame from the tragedy of the “Costa
Concordia” ¿Remember? The cruise captained by a “want to be ladies’ man” that
get too closer to the coast while flirting with a “want to be lady”. The first sentences
has already taken place and, once the summer holidays finish (the television “we’ll
come back after the ads”), only rest to know the punishment that the former “glossy”
capitano is going to receive (sadly, no condemnation could be able to restore
the already lost lives)
But Italians (I don’t know if you have noticed it as the
media just has mentioned it by chance) have changed the court by…a theatre!:
The Modern Theatre of Grosseto.
There, where the great players of the great authors
are performed, there, the illusion of what we know as justice is celebrated. A
justice that, in its modern version, has been re-elaborated into a complex system
full of subterfuges, alleys and “black holes”, nurturing from our most “nobles”
individuals in our society to make sure it works properly and serves society ;)
The main thing here is that we are being witnessed of
a played drama in which all of us know the exposition, the climax and the ending
(it’s also true that the judge, as one of the main characters, can, sometimes, slightly
change the plot just to a certain extent) and that, as a good play, there’s a
script, a great script all the characters, including the public, perform perfectly
as its success depends on it.
And it is precisely that staged reality what concerns
me. Not just that life is, as someone said once, pure drama; but, who is behind
the stage writing the scripts of our reality? And, more over, how it is
possible that we had just accepted the character or role we have been assigned
to?
Maybe you think this is an exaggerated or dramatized post,
but I would like to challenge you to take part in a little game: take a mass media,
whatever you like, and pick up any news on politics or economy, any related to
these great subjects of our nowadays reality*.
Once facing the news, make a simple exercise of dissection:
first, isolate the stage; later, isolate the main characters; finally, make a
little summary of the plot and, following a dramatic logic, try to elucidate
the ending. I bet most of you have guessed it right. Besides, the scriptwriters
of reality usually haven’t got a great imagination and make things easier for
us.
Once you have repeated the exercise several times,
maybe you start to think that the tickets you’ve been given to enjoy the drama
of life are not so good; or, maybe, you start to doubt about your role in the
drama; even, it is possible you deny to pay the ticket to attend such a show or
you decide to leave the theatre embarrassed; even more, maybe and just maybe,
there could be people that decide to get up from their seats and, booing and whistling,
see the actors and actresses offstage throwing tomatoes. Who knows? Maybe we
have to wait to be delighted once more by our Italian friends.
* We already know there’s no such thing as an only and
true reality, on the contrary there are so many realities as individuals living
in our extra-populous world. But, it is true that there is a “generalized”
reality provided by the mass media through which we can take a look behind the
scenes of our dramatized reality.
Noticias-1969-72-2012 - Hans Haacke en el Museo Reina Sofía (Madrid)
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