La nueva normalidad de siempre

Andábamos dando una vuelta por el centro de Bilbao, estirando las piernas y aprovechando para ver como podrían ser los próximos días en cuanto entremos en la fase 3 de la desescalada e, incluso, tratar de vislumbrar algo de esa nueva normalidad que nos vienen anunciando desde hace semanas.
Sin embargo, y exceptuando el hecho de que las mascarillas tienen toda la pinta de confirmarse como el nuevo complemento indispensable en nuestro vestuario para los próximos meses, no hemos visto nada nuevo bajo el sol (y eso que sol, lo que se dice sol, tampoco ha estado presente).

Una manifestación bien organizada y pertrechada, que reivindicaba que la crisis económica derivada de la pandemia, tanto la presente como la que se avecina, ni la sufriéramos l+s de siempre, ni la termináramos pagando l+s que menos tenemos, recorría la Gran Vía bilbaina; mientras, las personas que se cruzaban con la misma manifestaban su desinterés con dicha reivindicación y el resto de la ciudadanía se dedicaba a lo que se dedican l+s ciudadan+s en una sociedad de consumo, a consumir todo lo que puede. 
Es decir, la ciudad se comportaba como siempre; de tal forma que, al menos por nuestra parte, lo único que hemos podido constatar como “nuevo”, es una paciente manera de hacer cola y esperar turno para gastarse el dinero en tantas y tantas cosas innecesarias. 
Pues eso, bienvenid+s a la nueva normalidad de siempre.
















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