Hoy, yesterday ta Bihar

Que vivimos en una sociedad desigual, injusta e insostenible, es un hecho (al menos para casi tod+s l+s que no tengamos intereses espurios en enriquecernos a costa de l+s demás y de la salud del planeta). 
Que parezca no importarnos mucho mientras no nos afecte directamente, es lo que consigue que no se tomen decisiones ni soluciones solidarias para que lo común prevalezca sobre el interés y la riqueza privadas. 
Aunque también debemos reconocer que l+s ciudadan+s parecen empezar a darle importancia, o al menos a entender la importancia, que conceptos como sostenible, común, responsable o igualitario, deberían tener en nuestras vidas. Y eso, a pesar de que las élites políticas, económicas. sociales y culturales, llevan tiempo tratando de apoderarse de dichos términos (si no lo han hecho ya) para pervertir su significado y, como no, “comercializarlo” y hacerlo rentable para sus intereses. 

Así, es de vital importancia saber y poder distinguir “el grano de la paja” en lo que ha discursos sobre “sostenibilidad” (sin duda, el término mas utilizado hoy en día para referirse a “lo posible y bueno” en el futuro) se trata. Mas que nada, para que no nos den gato por liebre, y terminemos apoyando las palabras y acciones de quienes no tienen mas interés que el suyo propio y el de sus carteras, acciones e inversiones económicas y financieras.

Este último es el caso de una campaña de ¿concienciación social? ¿llamada a la acción ciudadana para conseguir un “mundo mejor”? o, simplemente, ¿una campaña de marketing para “lavar” la imagen de un banco? 
La aparición en la ría de Bilbao de una escultura que representa la cabeza de una niña que “surge y desaparece” de la superficie con el ritmo de las mareas, ha llamado desde entonces la atención de aquell+s ciudadan+s que caminan y ocian por el Paseo de Uribitarte (zona de “recreo” y paseo de turistas y habitantes de la Villa).




A priori, la imagen de una niña “con el agua al cuello”, era un símbolo perfecto para describir la emergencia climática, política, económica y social en la que nos encontramos, tanto el planeta como los seres humanos. Si, estamos con el agua al cuello, y si no lo remediamos el mundo, sus recursos y sus habitantes, tienen mas que un riesgo real de “irse por el retrete” y terminar, en el mejor de los casos, en “las cloacas” de lo conocido.
Ahora bien, finalmente alguien tenía que aclararnos el “misterio”, no fuera a ser que lo entendiéramos literalmente y empezáramos a cambiar las cosas de verdad para lograr una sociedad y un mundo mas justo, igualitario, libre y, como no, sostenible (que no es otra cosa que viable, es decir, posible).
Y he aquí, que todo ha resultado ser una campaña de marketing de la Fundación BBK, la parte “social” de Kutxabank, uno de los principales bancos del Estado, y que además de dicha “intervención artística” cuenta también con un cortometraje y una “pegada” de carteles por la ciudad. La campaña la financia y la lleva a cabo la Fundación porque es la cara “amable” del banco; es decir, la Fundación BBK no cobra “intereses”, no invierte en negocios especulativos, no desahucia a familias ni practica la usura, entre otras muchas actividades. También, porque se encarga de financiar con los “remanentes” bancarios actividades e infraestructuras sociales y culturales (aquello que solían hacer las primigenias cajas de ahorro). En ultimo instante, y porque no decirlo, también porque desgrava en el impuesto de sociedades. Todo ello no es “exclusivo” de Kutxabank; La Caixa, el BBVA, el Banco Santander y las principales entidades bancarias del Estado hacen exactamente lo mismo.
Todo lo anterior era “el Quién”

Ahora nos falta “el Por qué”. 
En teoría, todo parecía tratarse de que “despertáramos” de nuestro letargo acomodaticio y emprendiéramos acciones encaminadas a mejorar nuestras vidas sin cargarnos el planeta. En la práctica, la intención, motivo o propósito de la campaña es fomentar, invertir en y financiar a modelos sostenibles de economía=capitalismo y competitividad. Ahí es nada. 
Es decir; un banco, de esos que rescataron los gobiernos occidentales en la crisis de 2008 para que pudieran seguir haciendo negocios y repartiendo beneficios entre sus accionistas y amig+s, utiliza una “filial amable” para decirnos que el capitalismo puede ser sostenible y viable, siempre y cuando nosotr+s, l+s que nos encontramos en la parte baja de “la cadena alimenticia”, seamos responsables y hagamos lo imposible para subvertir esta miserable realidad en la que han invertido, fomentado y financiado las élites y los bancos.

Hay un término muy en boga hoy en día que es greenwhasing, que se utiliza para describir aquellas prácticas y estrategias de mercadotecnia que emplean muchas empresas y que consiste en mostrar de manera engañosa a la audiencia/consumidor que son respetuosos con el medio ambiente a la hora de presentar sus productos o sus servicios, tratando de crear una imagen ilusoria de responsabilidad ecológica cuando no es así. 
En el caso que nos ocupa, nosotr+s evitaríamos utilizar términos anglosajones y diríamos que esta campaña de marketing es, simplemente, un lavado de imagen para una entidad bancaria en cuyos intereses no están ni la justicia social ni la ecología. Además, con la “caradura” añadida, de poner el foco de los problemas y sus soluciones en la ciudadanía, abstrayéndose de cualquier “responsabilidad”.

Por último, y aun sabiendo que el arte no suele dar bien de comer, somos firmes partidarios de que l+s artistas sean un poco mas conscientes de quienes financian y pagan sus obras. No creemos, en última instancia, que el arte tenga que fomentar modelos de competitividad sostenibles, ni mucho menos.












Comentarios